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LA CUIDAD DE MÉXICO Y LA BÚSQUEDA DE LA ARMONÍA EN EL CITADINO

Ana Luisa Sánchez Echenique
Universidad de Sevilla. España
Resumen:

Debido a que la Ciudad de México es inabarcable y cambia constantemente de forma, el citadino se desorienta. Recuperar la orientación a través de objetos culturales significativos, que sean visibles en su recorrido diario, es el principio para recuperar la armonía. Este equilibrio se logrará cuando el citadino comience a interpretar su ciudad.


Abstract:

The City of Mexico and the search of the harmony in the citizen

Had to that the City of Mexico is immense and changes constantly of form, the citizen disorients. To recover the direction to traverse of significant cultural objects, that they are visible in its daily route, is the principle to recover the harmony. This balance will be obtained when the habitant begins to interpret the city.


BASES PARA ENTENDER EL ESTUDIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

La Ciudad de México comprende el Distrito Federal y el área conurbada con el Estado de México, pues la metrópoli rebasó sus límites administrativos y no termina de extenderse, al igual que sucede con muchas ciudades latinoamericanas o en la Ciudad de Tokio. El Distrito Federal es la entidad federativa, es decir, la representación del pacto de unidad del país; no es uno de los 31 Estados a los que se hace referencia como “interior de la República”, es la representación externa del país y su unidad. Una imagen que ayuda a entenderlo es la del investigador Monnet:

“La geografía de México es así volteada al revés como un calcetín; el órgano motor del país, responsable también de su génesis, contiene a todo el resto; el centro se convierte en cubierta del todo que encierra; la capital rodea y representa al país en el exterior.”(1995; p.309)

Muchas interpretaciones históricas de esta ciudad nos remiten a la unidad nacional mediante el mito de fundación de México-Tenochtitlan. La creación del mito fue realizado por los jefes mexicas, quienes modificaron el pasado del pueblo deshaciéndose de su relación con los nahuas y su lugar como grupo insignificante entre ellos. Cambiaron su origen porque en las culturas mesoamericanas el tiempo se concibe de manera cíclica: el pasado se manifiesta de nuevo en el futuro. Así, al recrear un origen mítico en Aztlán y confirmarlo mediante una comitiva de peregrinos (1), aseguraron un supuesto futuro excepcional. Al paso, se justificaron como nación dominante de otros pueblos asumiendo la misión de mantenerel orden del cosmos mediante la alimentación del quinto sol (2) (de la Garza, 1975: p.36-41). Esas son las causas de la invención del mito y la imagen que nos recuerda el relato se puede ver en el escudo nacional y la bandera (3).

Por otro lado, cuando se reflexiona en torno a la ciudad es difícil no pensarla en relación con la historia del país porque inclusive el nombre“Ciudad de México” nos lleva a ello. Sin embargo, la ciudad parece tener sus propias etapas históricas que en ocasiones no coinciden con las de la nación.

Partir desde la fundación y el origen de la ciudad para tratar de entenderla hoy sería como sucede en la escuela, donde nunca se llega a los temas actuales porque los anteriores requieren de mucho tiempo para comprenderlos. Así que el origen de mi búsqueda es el momento actual, recurriendo a la historia cuando sea necesario para entender lo de ahora.

Citadinos enérgicos y tensos.

El continuo cambio en la ciudad provoca que sus habitantes sean enérgicos y tensos. Enérgicos porque es necesario permanecer en movimiento, entre otras razones para completar los largos traslados. Tensos, debido a la confusión que se produce en el intento de encontrar un orden o vislumbrar los límites de la ciudad, ya que en los últimos años la ciudad ha tenido una rápida y continua transformación urbana que no ha sido digerida por sus habitantes, quienes están sometidos al destino que la ciudad les ofrece por no tener una interacción simbólica: no se produce una acción interpretativa entre el sujeto y el objeto (Blumer: 1982: p.6).

En este sentido, es necesario dar claves interpretativas al citadino, a partir de las cuales pueda interactuar con su medio con mayor facilidad. Cuando interactúe con su ambiente, el citadino habrá recuperado la armonía. Así, no se continúa la tradición historicista heredada de los mexicas –de retocar y mitificar el pasado para glorificar el futuro–, sino que se recuperan memorias o sucesos de la ciudad, visibles en los objetos durante los recorridos diarios, para que los habitantes interactúen con su medio y encuentren su sitio, recuperando así el equilibrio con la naturaleza urbana que esta ciudad les ofrece.

 

EL HABITANTE Y SUS TRASLADOS

Trasladarse en una metrópoli tan grande perderse es fácil porque no es una ciudad abarcable con los pies y los ojos. Los movimientos de los habitantes no se hacen por toda la ciudad sino por algunos conjuntos que conectan con los medios de transporte. Un recorrido por esta ciudad podría ser el de un traslado de 30 minutos para ir a distintos lugares (se realizan varios desplazamientos al día, generalmente utilizando el metro o las grandes autovías) y los atascos son frecuentes. La realidad, es que el citadino pasa mucho tiempo en el transporte y es el sitio desde el cual puede observar su ciudad. Por ello realizo una breve descripción de lo que puede ver, oler, oír (en general, sentir) durante el recorrido, y trato de definir cómo es su orientación:

 

SISTEMA DE TRANSPORTE COLECTIVO METRO

En el metro es poco probable perderse ya que hay una estructura clara que puede ser utilizada por quienes saben y no saben leer. Cuenta con un sistema de señales –que remite a la estética de los códices mesoamericanos, a manera de pictogramas–, con un símbolo distinto para cada estación, relacionado con el nombre de ésta o con algún objeto representativo cercano a ella, por lo que un usuario analfabeta puede moverse de forma libre. La decoración del metro es teatral y de corte nacionalista (de la época moderna y con temática prehispánica). Moverse bajo tierra resulta fácil pero será imposible que un viajero pueda representar las calles y zonas por las que está pasando. El usuario de metro arma su ruta y la realiza viendo sólo las calles cuando entra y sale.

El metro de esta ciudad traslada diariamente a 5 millones de personas, aproximadamente. Esto es lo mismo que mover a toda la población madrileña en un día –y siempre funciona. El transporte está subsidiado por el gobierno, por lo que es muy barato comparado con metros de otros países: un viaje cuesta 2 pesos, el equivalente a 14 céntimos de euro. Sin embargo, aún así puede ser un gasto fuerte para muchos mexicanos que viven con un salario mínimo de 48 pesos al día, el equivalente a 3 euros y medio, y realizan por lo menos dos de viajes de metro al día.

 

MIRADAS EN EL METRO

En el vagón del metro se procura no ver al otro y concentrar la mirada al suelo, si a uno lo miran hay que regresar la mirada porque con la mirada se reta. Ante la incomodidad de las miradas los ojos se utilizan para ver o leer (lo que dejaron en la escuela como tarea, la Tv Novelas, el libro vaquero, los periódicos deportivos y los amarillistas, los anuncios apaisados, el plano del metro...) todo lo que se lleve o lo que se alcance a ver del texto del otro. Si no se lee, se duerme, se platica si se va acompañado o, como muchas señoras mayores lo hacen, se teje. El ambiente se satura del sonido de –¡lleve su mp3 con todas las canciones, el cuento, la pluma, le vale diez pesos! –, boleros cantados por invidentes, de los niños del acordeón, de la guitarra y el canto, y del silencio de los campesinos con huipil de manta que piden dinero.

 

VIVENCIAS EN EL AUTO

En el coche se puede disponer un poco más de tiempo si no hay algún otro conductor o grupo de conductores que hagan un nudo, si no han cerrado una calle los manifestantes o se han desviado a todos los autos hacia quién sabe cuál ruta. La señalización de fondo verde con letras blancas, o la reciente de fondo blanco con letras negras o azules, está siempre destinada a ser precaria: la ciudad es complicada, pues una avenida puede tener varios nombres, como el Anillo Periférico que tiene 15 nombres según el tramo (4). Hay señalizaciones, como las que están en la llamada “Glorieta de Vaqueritos”, que no funcionan: ya encima de la glorieta –que ahora se ha convertido en un enorme puente–, hay tres posibilidades que llevan a distintos caminos, cuyo nombre está encima de las salidas y al mismo nivel, sin darnos la posibilidad de leer a tiempo y tomar la dirección adecuada, por lo que hay que memorizar la opción desde antes. Por la ciudad se maneja de memoria, y si es un camino desconocido, se sabe que el riesgo de perderse es grande.

Una vez la Secretaria de Educación Pública (SEP), realizó un concurso para que los niños propusiéramos mejoras a la ciudad. Yo, que me la pasaba metida en el auto, imaginaba la ciudad con pequeñas tiendas en los semáforos para poder comprar dulces o refrescos. Mi ensayo quedó descalificado, pero actualmente en la ciudad eso es una realidad, aunque no de pequeñas tiendas, sino de muchos vendedores que pasan entre los coches y venden de todo – o casi todo –: están las Marías (las indígenas), algunas vendiendo chicles Adams, otras pidiendo dinero para el bebé en brazos, están los Menonitas que venden queso, los que venden juguetes y máscaras, los niños que viven en la calle y que limpian parabrisas o realizan microespectáculos en los semáforos para ganar dinero.

En el auto todo aquel que esté afuera y nos detenga no es más que un entorpecimiento de nuestro paso y cuando no se puede avanzar o se quiere decir “–aquí estoy, ya llegué, apúrale, baja ya...”, se toca el molesto claxon.

 

El transporte colectivo terrestre

En el transporte colectivo, sea el camión (lo que significa autobús para los españoles) o“microbús”, la vista al exterior va acompañada de olor a sándwich y naranja recién pelada, de las conversaciones de dos amigos, del músico que toca, del vendedor ambulante, de – por favor no sea malo, dígale que se cobre uno –, frase dicha por el último que ha subido por la puerta de atrás para poder entrar, de las quejasde los pasajeros al conductor y del indicativo –¡Pare!–.

En la ciudad también existe una camioneta “combi” llamada así por ser el modelo de un vehículo volkswagen que aunque queden pocas en circulación, es interesante lo que se mira como pasajero cuando se usa; es un espacio reducido, intimo y colectivo, de ventanas pequeñas, así que se miran los zapatos del otro, lo que se alcance a ver del parabrisas, o si ha tocado ventanilla, se mira lo externo. En la combi, no se lee porque no hay luz para ello, a diferencia del pesero o camión. Siempre que el colectivo realiza su parada y abre su puerta corrediza para que suba un nuevo pasajero, éste experimentará cierta vergüenza: sin excepción, todos voltean a verle.

Para un foráneo o para quien no se vale de este medio de transporte, le resultará extremadamente complicado utilizarlo porque las paradas no suelen usarse, no tienen nombre, no hay horarios y tampoco existen mapas que indiquen cuál tomar y en qué lugar.

 

Viajando en taxi

En la época en la que se hablaba sobre la contaminación en la ciudad, es decir en la etapa en que se estaba atento a los “imecas ”(5), los taxis que eran amarillos, pasaron al color verde, porque comenzaron a utilizar la gasolina “magna sin” (sin plomo); entonces las autovías de la ciudad se reforestaron de verde taxi.

Al subir se mira de reojo la tarjeta de identificación del conductor que suele estar en la esquina inferior derecha del parabrisas, para ver si es el de la foto y es de fiar. En el espejo retrovisor y de manera usual se encuentra un desodorante que cuelga, un recuerdo, una virgen o un rosario. En el taxi se ve de manera similar a esa vista de los niños (despreocupados aburridos o divertidos) que van leyendo los anuncios de la ciudad o mirando sus edificios, porque el conductor ya sabe a dónde ir.

 

EL HABITANTE TENSO Y SUS POSIBILIDADES

Toda estructura tiene un orden, aún cuando éste no sea evidente. Hay claves que pueden servir como señales. ¿Pero cómo ordenar el caos visual de la Ciudad de México? Estar dentro de esta ciudad sin saber en qué sitio, es preocupante; es similar a encontrarse rodeado por el mar. Como el citadino común no va a andar por una ciudad que resulta inabarcable, hay que equiparle con un salvavidas, indicarle cuáles son las boyas e iluminar los faros para que encuentre su ruta. Pero aún cuando encuentre el camino, la persona no tendrá una sensación de armonía. Entonces, ¿qué hacer para que los citadinos que ahí viven se sientan bien en (y con) la ciudad? Modificar su percepción dándolesinformación de ciertos objetos que vean en durante sus traslados para que generen una serie de interpretaciones que ellos mismos realicen, con lo cual consiguen hacer suya la ciudad y haya más empatía con ella, y en definitiva, se disfrute más. Y si el citadino no va a disfrutar la ciudad en su totalidad, debido a que es una ciudad inabarcable, que sea por las partes por las que se mueve.

 

EL PUNTO DE INICIO PARA LA INTERPRETACIÓN DE LA CIUDAD

Me preocupaba cuál era el punto por el que el citadino iniciara su lectura:

¿el centro histórico, los centros comerciales y financieros, cuál de ellos? Pero revisando el concepto de espacio en los mayas, entendí que el centro es el citadino y él es quien decide qué espacio leer, puesto que en esa civilización se concebían cinco puntos cardinales: los cuatro que concebimos en occidente, norte, sur, este y oeste, y uno más, que se representa en uno mismo y es el centro. Una imagen que ayuda a entender el concepto es la de los Voladores de Papantla. Son cinco personas, cuatro bajan por cada uno de los cuatro puntos cardinales y uno se queda en el centro tocando música y bailando: ése centro es el citadino moviéndose y los cuatro vértices son sus posibles trayectorias.

Por ello, aunque yo establezca una secuencia para el estudio de la ciudad, al momento de dar al citadino la información de los objetos, hay que presentarla de manera que cada cual pueda armar su propio itinerario. Esto puede realizarse en una página web o en un disco multimedia.

 

CONCLUSIONES

Es necesario que el habitante de la ciudad de México recupere el equilibrio con esta ciudad desbordada. Muchas interpretaciones realizadas de la ciudad de México parecen no ajustarse a la actual porque o bien buscan la continuidad mítica o añoran la pasada. Es necesario ayudar al ciudadano a orientarse a través de determinados objetos ubicados en la calle, significativos culturalmente, para que pueda desplazarse por zonas que desconoce. No basta con recuperar el sentido de la orientación, es fundamental que los habitantes interpreten la ciudad a partir de claves reveladoras para que recuperen su espacio vital.

 

REFERENCIAS

- Blumer, Herbert. (1982). “El Interaccionismo simbólico: perspectiva y método”. Barcelona: Editorial Hora.

- De la Garza, Mercedes. (1975).“La conciencia Histórica de los Antiguos Mayas”. México: UNAM.

- Escalante Conzalbo, Pablo [et.al.]. (2004). “Nueva Historia Mínima de México”. México: El Colegio de México.

- Lima Soto, Ricardo E. (1995). “Aproximación a la Cosmovisión Maya”. Guatemala: Universidad Rafael Landívar.

- Monnet, Jerome. (1995). “Usos e imágenes del centro histórico de la Ciudad de México: Ciudad de México DDF”. México: Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos.

- Remedi, Gustavo (2005). “Las bases estéticas de la ciudadanía”. Santiago de Chile: En Aestheis 38: 57-72

- Villegas Cosio, Daniel [et.al.]:(1974) “Historia Mínima de México”. México: Colegio de México.

 

(1) Acto que se repitió en los años 80 cuando el presidente firma el decreto de protección deMexcaltitlán (Aztlán), un pueblo del Estado de Nayarit, que cierray prolonga el mito.

(2) “Basados en la creencia de la existencia de cuatro Soles anteriores que habían terminado en catástrofe, se propusieron que el Quinto Sol, el Sol en Movimiento, permanecería vivo por el mayor tiempo posible, alimentándolo con sangre humana” (de la Garza: 1975:39)

(3) La imagen del águila posada en el nopal, devorando una serpiente, es el emblema de los símbolos patrios. Esta era la manifestación que tenían que encontrar los viajeros que salieron de Aztlán, una señal divina que les mostraría el lugar en el que debían asentar su ciudad (una especie de tierra prometida).

(4) Bulevar Ávila Camacho (en el trayecto a Satélite), El Bulevar Adolfo López Mateos (En Reforma), Bulevar Adolfo Ruíz Cortines (de San jerónimo a la glorieta de “Vaqueritos”), Anillo Periférico Sur (luego rumbo al oriente) Canal de Garay, Avenida Canal de Garay, Canal de San Juan, Avenida de los Remedios,Bulevar Isidro Favela, Avenida Guadalupe, Avenida Acueducto, Río Tlanepantla, Carretera Río Tlanepantla, Avenida Tlanepantla Tenayuca y la Avenida Mario Colín que termina cerca del Bulevar Ávila Camacho.

(5) Índice metropolitano de calidad del aire.